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8.2.09

El estrés hace estragos en los trabajadores y sus familias en plena crisis financiera

La actual situación de crisis financiera está aumentando drásticamente los casos de estrés en todo el planeta, por lo que las autoridades de salud de todos los países deberían poner mayor atención al respecto, ya que la exposición prolongada al estrés agota las reservas de energía del cuerpo y puede llevar a enfermedades y, en situaciones muy extremas, incluso a la muerte.
Por el tiempo que ha durado, su magnitud y su alcance, la actual crisis financiera se puede considerar más grave que la que comenzó en octubre del año 1929. Así, no extraña que en Estados Unidos, por ejemplo, a pesar de su potencial económico, ocho de cada diez ciudadanos padezcan en la actualidad problemas de estrés debido a su situación económica. Las mujeres y los mayores son quienes presentan mayores niveles de preocupación, frente a los hombres y los jóvenes.
Pero ante esta situación, se puede considerar que lo menos peligroso es tener estrés, porque muchas personas, aunque esos datos están ocultos, lamentablemente no encontraron otra solución y optaron por el suicidio. No es exageración, así ha pasado. Y en todos los escalafones empresariales. Incluso en los más altos. No hace ni un mes, por ejemplo, el multimillonario alemán Adolf Merckle, uno de los hombres más ricos de Alemania -el mayor propietario de la constructora HeidelbergCement, del productor de medicamentos genéricos Ratiopharm y de la farmacéutica Phoenix- y que atravesaba dificultades financieras, se quitó la vida. La situación de crisis económica de sus empresas ocasionada por la crisis y la incertidumbre unida a ella en sus últimas semanas, así como la impotencia de no poder actuar, derrumbaron al apasionado empresario familiar que acabó con su existencia lanzándose a las vías del tren ya que sus pérdidas no se limitaban al patrimonio privado, sino que habían generado problemas de liquidez en sus empresas, que tienen unas deudas financieras de 16.000 millones de euros, con una facturación de 30.000 millones de euros y 100.000 empleados.
Los síntomas para identificar el estrés, pasan por que el corazón late más fuerte y rápido, la piel se torna pálida por la contracción de las pequeñas arterias que irrigan la piel, la agudización de los sentidos, sudor, boca seca, cambio de apetito, dolor de cabeza o temblor en las manos.