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13.12.09

Rumores de despidos inminentes, mucha carga de trabajo... el estrés laboral en tiempos de crisis

El ambiente en la empresa está plagado de rumores de despidos inminentes. La carga de trabajo se ha disparado y desde que echaron a mi mejor amigo ya no tengo con quién desahogarme. Para más inri, se espera que entregue un trabajo imposible antes de que acabe el mes... Esta dramatización de una hipotética situación laboral se ha convertido en bastante común en las empresas mundiales de hoy día y es que nunca antes habíamos tenido que hacer frente a tanta ansiedad y confusión en nuestro puesto de trabajo. Nunca había habido tanta gente estresada como en los tiempos que vivjmos. El nivel de estrés rebasa todos los baremos. Ante esto, ¿qué podemos hacer para mantener la calma en medio del caos?
En estos momentos de crisis no se pueden aplicar las técnicas de terapia habituales. Normalmente, los psicólogos intentan ayudar a sus pacientes a descubrir quiénes son en realidad, pero en este ambiente mundial de desorden que reina, no siempre es útil ser uno mismo. Por el contrario, lo que hay que demostrar es capacidad de adaptación. Aunque las cosas estén muy mal y estemos muy desanimados, es mejor no hablarlo con el jefe. Más vale hablar de todas las cosas positivas que hacemos, de nuestros logros, y explicar la razón de nuestro éxito. También hay que pensar en si el jefe sobrevivirá a la próxima tanda de despidos. Ahora, hay que tener una estrategia incluso a la hora de elegir a quién se agrada.
Muchos empleados que centraban su vida en su trabajo ahora tienen que fijarse otros objetivos. Muchos pacientes que llevaban años quejándose de su trabajo de pronto han dejado de hacerlo. Sienten que no tienen derecho a quejarse porque, al fin y al cabo, tienen trabajo, pero en el fondo, están más estresados que nunca; es como vivir permanentemente con un trastorno de estrés crónico. Muchos trasladan sus conflictos al ámbito doméstico y la gente empieza a acusar problemas de pareja, y de salud.
Lo primero de todo es que hay que ser conscientes de nuestra ansiedad, y debemos pensar que se trata de una fase pasajera. Mientras tanto, hay que sacar tiempo para relajarse y hacer ejercicio, aunque no sea tanto como nos gustaría. Aunque sean solo cinco minutos de ejercicios de relajación al día, es importante reservarlos.
Hay personas que se abruman y se retraen, con lo cual aumentan las cifras de absentismo y bajas por enfermedad. Otros se vuelcan de forma insana en el trabajo, manifiestan irritabilidad y se enfrascan en disputas con sus compañeros. Otros se quedan bloqueados, como atrapados entre el impulso de luchar y el de huir. Se trata de individuos que terminan teniendo problemas por consumir drogas, mantener relaciones sexuales en el trabajo u otros comportamientos inadecuados que los hacen ser menos productivos. Los mejores, por contra, los que lograrán sobrevivir ante cualquier adversidad, las personas mejor adaptadas, muestran en cambio una respuesta segura. Son las personas que suelen pararse a evaluar la situación antes de actuar de forma ponderada.
Para la gente con tendencia a retraerse, es recomendable una rutina de ejercicio que los mantenga activos. Para los adictos al trabajo, los expertos prescriben respiraciones profundas, meditación y más vida social o salidas al cine. Estas personas necesitan tener una vida fuera del trabajo. Para los que se quedan bloqueados, es importante encontrar un mentor o una figura de apego en el trabajo que pueda ayudarlos a avanzar.
Los trabajadores que se sientan preocupados deben saber que es un sentimiento muy normal en momentos como éste. No empeore su malestar y su ansiedad siendo autocrítico. Mucha gente tiende a problematizar sus sentimientos, cuando lo que hay que hacer es aguantar: ya se sabe y es verdad, el tiempo lo cura todo.