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16.1.10

La odisea de un "gordo" en el mundo laboral

Lo dicen los datos: las personas con sobrepeso no son contratadas y no se cuenta con ellos para la promoción porque los empresarios piensan que son vagos. Quienes tienen muchos kilos de más, tienen más del doble de posibilidades de ganar un salario bajo, cuatro veces más de sufrir acoso, y seis veces más de posibilidades de pensar que su aspecto les ha hecho perder un ascenso. Pero además, es que tan sólo el 16% de las personas que están obesas se sienten apoyadas por sus colegas de trabajo en sus esfuerzos por perder peso y es decepcionante que uno de cada cuatro diga que han sufrido comentarios negativos sobre su peso mientras trabajaban.
Más de dos mil adultos de más de dieciocho años han sido encuestados para este estudio. De ellos, 227 eran empleadores. Los encuestados tuvieron que comentar sus actitudes hacia la obesidad en el puesto de trabajo. Sus respuestas fueron cotejadas con su tamaño, calculado en base al Índice de Masa Corporal (IMC), que relaciona altura y peso. El sondeo halló que las personas con el índice más elevado (más de 40) tenían cuatro veces más posibilidades de nunca sentirse seguros y dos veces más posibilidades de temer presentarse a una solicitud de trabajo. Los empleadores varones eran particularmente reacios a contratar a alguien con sobrepeso. Uno de cada cuatro encuestados entre los jefes varones dijeron que rechazarían a un posible candidato por su peso y uno de cada diez admitió haberlo hecho en alguna ocasión.
No obstante, otros estudios constatan que la media de días de baja entre los obesos es de 8,5 días, mientras que el mismo aspecto en los trabajadores con normopeso se queda en 3,7 días anuales. Y es que el mayor coste de la obesidad es siempre el coste humano. Las patologías asociadas a la obesidad, como diabetes, hipertensión arterial, cardiopatías, etc. causan el 80 por ciento de las muertes prematuras entre la población, por lo que estamos ante un problema sanitario de primer orden, por lo que cualquier intervención en la empresa o institución desde el punto de vista corporativo y, en especial, los programas médicos de detección, asesoramiento dietético y de ejercicio físico más como tratamiento que como recomendación, aportarán a la plantilla y a la propia empresa beneficios mutuos y tangibles, que conllevarán una mejor salud de los empleados, una mayor productividad de la compañía e incluso una mejor valoración de su imagen corporativa.