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21.2.10

Huyendo de los romances en la fotocopiadora

La mitad de los trabajadores consideran que puede traer serios problemas mantener un romance en su lugar de trabajo y es por eso que reprimen, en ocasiones, sus fuertes pasiones entre las paredes de la oficina o el despacho tan solo por miedo a lo que pueda pasar o a perder su puesto de empleo. Así pues, queda claro que cuesta dar ese paso definitivo con el becario o la becaria, el jefe, la secretaria... incluso con el reponedor de la máquina de café cuando hay intereses laborales por medio.
Pero aguantar los impulsos del corazón (o la líbido) no es tarea fácil, y por ello el dieciocho por ciento sostiene que no le importaría dejarse llevar por las riendas de Cupido si éste tocase a su puerta dentro de la oficina.
Entre aquellos que no han reprimido los impulsos durante su jornada laboral, el diecisiete por ciento afirma que "dejarse llevar" con su colega no le ha perjudicado en su vida profesional y el diez por ciento sí se arrepiente y no lo volvería a repetir.