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26.9.10

Tu oficina en casa

El teletrabajo es lo último en el mundo laboral. Si estás pensando seriamente trabajar desde casa o te ha salido una oportunidad para ello y quieres de verdad disponer de un lugar con buen ambiente que te ayude a concentrarte en tu labor, aquí tienes una serie de consejos sobre lo que debes tener muy en cuenta antes de diseñar y montar tu propia oficina en el hogar.
Lo primero que debes tener en cuenta a la hora de diseñar tu oficina en casa es decidir el espacio del cual vas a disponer. Para ello, elige un lugar apartado del movimiento habitual de tu hogar y piensa que una casa no tiene las mismas dimensiones que una oficina, por eso es mejor que organices tu espacio con muebles multifunción que te ayuden a ahorrar espacio y que se puedan plegar o que desaparezcan de la vista fácilmente.
También debes tener claro qué actividades vas a realizar antes de decidir cómo y en qué lugar de la casa montarás la oficina, despacho o estudio. Si tienes metros de sobra, elige una habitación amplia, tranquila y luminosa. Y en el supuesto de que tu trabajo implique tratar directamente con los clientes, elige el lugar más cercano a la puerta de entrada para preservar de esta manera la intimidad del resto de tu casa. Por contra, si tu trabajo no requiere el trato directo con tus clientes y no vas a recibir visitas, puedes elegir cualquier habitación. Y si no tienes mucho espacio, no tienes por qué ocupar todo un cuarto: cualquier hueco de la casa puede convertirse en una improvisada zona de trabajo. Por ejemplo, puedes utilizar un armario para colocar una pequeña mesa y unas baldas, y con sólo cerrar las puertas harás que la oficina desaparezca. Otra opción es hacerte con un mueble modular que "esconda" tu oficina en casa. Los hay con forma de estantería que además cuentan con carro para el ordenador, mueble archivador, revistero y estantes para libros, papeles...
Elegida la ubicación, decora tu oficina con colores con los que te sientas cómodo, así estarás más motivado a la hora de trabajar. No es tema baladí, está perfectamente estudiado que hay colores que lo único que consiguen es distraernos. En cambio, los azules o verdes, por ejemplo, se sabe que crean ambientes relajados que contribuyen y favorecen un amplio rendimiento intelectual. Los tonos más ideales son los cremas y cualquier color claro o neutro, aunque siempre hay tonalidades para todos los gustos.
Por idéntico motivo, cuando decores, intenta no sobrecargar tu oficina con objetos que puedan alejarnos de nuestra única función: trabajar. Lo mejor es tener una mesa despejada, los utensilios de trabajo bien ordenados y siempre a mano, y mucha luz. Eso sí, la iluminación no debe quedar encima de la cabeza sino a tu izquierda (o a tu derecha si eres zurdo), por eso es mejor optar por un flexo.
No escatimes dinero en una buena silla porque pasarás sentado sobre ella la mayor parte de tu tiempo de trabajo, y mejor si es ergonómica. Sitúala frente a la mesa y regula la altura de forma que tus rodillas y tus brazos queden en un ángulo de 90 grados. Ten en cuenta también que la distancia recomendada entre los ojos y la pantalla del ordenador está entre 46 y 56 centímetros (lo ideal es incluso un poco más), y que el borde superior de tu pantalla debe quedar alineado con las cejas. Y a la hora de elegir mesa, decántate por una amplia, cómoda y con cajones o espacio para guardar tus papeles y objetos de escritorio. Hay mucho donde elegir: mesas de vidrio, de madera, o escritorios que ya vienen preparados para trabajar cómodamente con el ordenador. Solamente tienes que analizar bien el espacio con el que cuentas antes de hacerte con la tuya.
Además de los cajones que tengas en la mesa, a buen seguro que necesitas algo más de espacio para guardar tu material de trabajo, papeles y libros. Por ello, hazte con unas baldas o estanterías y, si tienes espacio, opta por estanterías con espacios cerrados (para guardar carpetas y cajas) y abiertos (para los libros o accesorios). Si todos tus libros quedan a la vista, mejor ordénalos.
Es también muy recomendable contar con una pizarra de corcho para tener a mano ideas, tareas o imágenes que fomenten tu creatividad. El resto de la decoración debe ser sencilla para que tu espacio de trabajo no parezca desordenado, aunque hay algunos elementos imprescindibles: lámparas o flexos, papelera, lapicero e incluso una pequeña planta que aporte un toque verde a tu escritorio y le dé un aire más acogedor y relajante.
No hay nada más antiestético que ver los cables de tu equipo informático y del resto de tus aparatos eléctricos por el suelo. Cuando organices tu oficina en casa procura disimularlos con regletas, así además de protegerlos conseguirás que su limpieza sea mucho más fácil. Y si no tienes más remedio que compartir tu espacio de trabajo y dedicarlo también a otras funciones, por ejemplo si lo tienes en un rincón del salón, trata de delimitarlo tanto como puedas. Puedes separarlo del resto de la estancia con una estantería sin fondo, un biombo, o un mueble de obra con estantes y algún cajón que también te sirva para almacenar.