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20.10.10

Hábitos a erradicar para triunfar en nuestra empresa

Ser agradecido con los demás, pedir disculpas cuando toque, reconocer los propios errores o no ser propagador de rumores o críticas destructivas (falsas o ciertas) son algunos comportamientos que nos ayudarán en nuestra trayectoria empresarial. Y es que si progresar y triunfar en el mundo de los negocios ya es de por sí complicado, lo tendremos mucho más difícil si aplicamos alguno de los siguientes malos hábitos que proliferan dentro de los distintos lugares de trabajo y que lo único que consiguen es perjudicar nuestro prestigio y el de nuestra empresa.
Son muchos los que creen que poniéndose en lo peor se protegen de que algo salga mal y van preparando al cuerpo de esta manera para recibir la mala noticia. Pero en su empresa uno debe ser siempre positivo, optimista. Y es que la gente siempre tiende a evitar o alejarse de aquellas personas que representan la negatividad pura y constante.
Estar continuamente hablando de nosotros o empezar las conversaciones con el "yo digo, yo creo, yo soy de la opinión de, a mí me parece que..." creará una infranqueable barrera entre nosotros y el resto al dar la sensación de que no queremos formar parte del equipo sino que pretendemos ir por libres o decidir por los demás.
Uno de los principales factores que más desestabilizan el ambiente de trabajo son los rumores o las críticas negativas y destructivas. Una crítica sobre un compañero de trabajo o sobre el jefe al final acaba por extenderse y conocerse, y lo más grave es que al pasar de una persona a otra termina desvirtuándose por completo el mensaje inicial e incrementándose la carga negativa de la crítica o el rumor. Así que si hay que desahogarse, mejor en casa y con la pareja, donde nadie nos escuche, donde además no haga daño.
Los hay que retienen información para no ver perjudicada su trayectoria laboral. Otros lo hacen por miedo a que alguien la pueda utilizar en su beneficio y les supere en la empresa. Y otros lo hacen sin querer al no delegar trabajo en los momentos de mayor estrés. Pero al final retener información y no pasarla debidamente termina influyendo negativamente en todo el grupo, incluido nosotros.
Cuando alguien proponga algo, sin importarnos el rango de esa persona hay que dejarle acabar. Debemos acostumbrarnos a escuchar siempre antes de comenzar a hablar. Y cuando sea nuestro turno no empezar bruscamente -si no nos ha convencido la idea- con coletillas negativas del tipo "No..., Gracias pero no...". A menos que uno sea tonto, un insensible, o ambas dos, siempre se podrán argumentar bien los motivos del porqué.
En la vida hay que evolucionar y progresar y no quedarse anticuado, anclado en un pasado por muy exitoso y funcional que éste haya podido ser. El dicho que afirma que cuando algo funciona para qué tocarlo, no funciona siempre en la constante vorágine y evolución del mundo laboral porque hoy se puede estar arriba pero mañana podemos no estarlo.
Tener ambición -sana- y ser competitivo es algo positivo en el mundo empresarial y en la vida en general, pero convertirlo en una verdadera obsesión y tener que ganar obligatoriamente siempre y caiga quien caiga lo único que hará será influir negativamente en nuestro comportamiento.
Ser orgulloso tampoco ayuda. Si se ha cometido un error, hay que decirlo. Y si tenemos que pedir perdón, se pide. Porque este comportamiento abierto y sincero dirá mucho de nosotros y de nuestra integridad como persona o empresa, y además nos servirá a corto o largo plazo para ganar más aliados, clientes y gente que nos apoye. Y si hay que reconocer un error o pedir disculpas cuando sea necesario, otro consejo es el de ser agradecido. No debe darnos vergüenza decir un "gracias" o reconocer un trabajo determinado, el apoyo o la fidelidad de aquellos que nos rodean y trabajan con nosotros.
Finalmente, el demasiado amiguismo también es contraproducente. Ayudar a un amigo que encima es todo un profesional puede estar bien, pero premiar tan solo a los favoritos, a los que nos caen bien, al final será perjudicial para todos, sobre todo para la empresa porque lo que estamos haciendo al premiarles es crear una corte de aduladores, y cuando alguien sabe que tiene el trabajo asegurado porque es "amigo del jefe" acaba por no hacer nada, descuidando su trabajo y volviéndose un inepto.