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19.6.12

La oficina peor que un váter

Un estudio (elaborado con datos de 250 empresas francesas de todos los tamaños) ha revelado que el número de gérmenes presentes en una oficina media es cuatrocientas veces superior al que hay en la taza de un váter y que el 20% de los trabajadores ha contraído alguna vez una enfermedad de tipo contagioso en su lugar de trabajo a causa de la falta de medidas básicas de higiene, pidiendo la baja laboral más de la mitad de estos afectados, lo que correspondería a unas pérdidas para cada empresa, derivadas del absentismo y de la falta de productividad asociada, de 1.000 euros por año y asalariado.

A tenor de los resultados, las zonas con una mayor concentración de microbios son lugares quizá poco evidentes como las puertas (38 por ciento), los botones del ascensor (20 por ciento), las barandillas (14,5 por ciento) y las máquinas distribuidoras (10,5 por ciento).

A la vista de estas cifras, los responsables del informe recuerdan que gestos muy simples, como lavarse las manos antes de comer -algo que admite no hacer el 25 por ciento de los hombres encuestados-, pueden reducir el riesgo de contaminación en hasta un 30 por ciento. De hecho, un experimento llevado a cabo en una de las empresas que incluía iniciativas como la presencia de carteles informativos o el cambio de toallas por servilletas de papel en el baño logró una caída del absentismo del 40 por ciento tras once semanas de adaptación a las nuevas condiciones. Y es que si tenemos en cuenta que una persona se mete la mano en la boca de media dos veces por hora, es fácil entender cómo los gérmenes que están en el ambiente y en los objetos llegan al tubo digestivo. (Está larga y científicamente demostrado que lavarse sistemáticamente las manos tras usar el baño y antes de comer reduce de forma notable el riesgo de afecciones respiratorias y digestivas.)

7.6.12

Buscando al trabajador 10

Vivimos en una sociedad en la que la apariencia lo es casi todo, así que los entrevistadores deben prestar atención, guste más o menos, al aspecto de los candidatos que entrevistan. La información que esto les puede proporcionar tiene que ver con el grado de interés que tiene el aspirante al puesto al que opta. Si su interés es grande, se habrá preocupado de vestir adecuadamente y de tener un aspecto aseado y discreto y acorde al lugar de trabajo.

No obstante, parece también existir cierto temor a equivocarse con el trabajador elegido, ya que no deja de ser una apuesta arriesgada. Además, el número de candidatos que hoy por hoy pueden intentar optar a un puesto ha crecido notablemente, lo que si por un lado da acceso a más perfiles, por otro lo hace todo más largo y complejo. Por ello, para dar con el trabajador que se necesita, las empresas deben manejar el siguiente decálogo a la hora de elegir el trabajador perfecto:

-Máxima información. Si no se tienen claras las responsabilidades o funciones requeridas, no se podrá hacer la selección de forma adecuada. Es más fácil hacer un buen proceso de selección si previamente tenemos una descripción del puesto de trabajo: experiencia requerida, formación, trayectoria, competencias necesarias, etc. Hay que saber bien lo que la empresa busca.

-Cuestiones fundamentales. Planearemos meticulosamente las preguntas. Es imprescindible que antes de la entrevista con el candidato sepamos cuáles y cómo deben ser dependiendo de las competencias que queramos analizar.

-Fuera estrés. Puede que el entrevistado se encuentre algo nervioso, así que es interesante intentar que se sienta cómodo para que la presión no afecte a sus respuestas y podamos evaluarle correctamente.

-Lenguaje corporal. Observemos su lenguaje corporal, porque con él pueden conocerse factores como la confianza o el autocontrol del entrevistado; datos muy relevantes.

-Escuchemos atentos. No monopolicemos la entrevista, tratemos que las preguntas sean cortas, concisas y abiertas. Lo importante es lo que diga el candidato y cómo lo diga.

-Sin confianzas. Es importante no permitir que el candidato se tome demasiadas confianzas.

-Prioridades. Tomemos nota de la información importante, ya que los procesos de selección pueden ser largos. Por eso, es fundamental preparar un breve informe por cada candidato entrevistado con datos como: puntos fuertes, puntos débiles, motivación al cambio, expectativas salariales y pruebas de personalidad o conocimientos, eso nos permitirá tener toda la información necesaria a la hora de elegir al definitivo.

-Referencias. Si el candidato nos ha convencido, pidámosle informes sobre sus empleos anteriores. Las cartas de referencias proporcionarán información interesante.