Someterse a una pequeña cirugía estética aumenta nuestras opciones laborales
En un momento de crisis económica como el que vivimos actualmente, mujeres que han superado ya los cuarenta años de edad y hombres en la cincuentena que están en el paro y buscan una nueva oportunidad, que quieren sentirse mejor y tener un aspecto más radiante y atractivo, son los nuevos clientes de esta especialidad.
Eliminar las bolsas de los ojos, operarse los párpados para quitar el exceso de piel, borrar manchas de la piel que afean y delatan la edad y tratamientos de medicina estética como el relleno de arrugas muy marcadas o inyecciones de vitaminas, son las demandas más frecuentes entre este tipo de pacientes. Y es que al buscar trabajo, lo importante es que cada persona se sienta bien en su piel, porque si nos encontramos confortables con nosotros mismos estaremos más positivos y más abiertos para encontrarlo.
Hay estudios e informes que señalan que una presencia adecuada ayuda a encontrar trabajo, por lo que si nuestra economía lo permite es bueno dedicar entre trescientos y mil euros a uno mismo, una cantidad que puede significar para algunas personas la diferencia entre ser un candidato con opciones a un puesto de trabajo, o un nombre más en una lista de parados que buscan empleo.
Aunque ocho de cada diez personas que recurren a la cirugía estética son mujeres, los hombres también han entrado en este mundo para mejorar su aspecto y estar mejor posicionados a nivel laboral, básicamente comerciales o personas que trabajan de cara al público.
Los políticos, hombres y mujeres, son también otro sector de la sociedad que se ha apuntado a la cirugía estética y muchos asesores de imagen tienen habitualmente contactos con médicos estéticos y cirujanos plásticos para mejorar el aspecto de sus clientes, aunque en estos casos los cambios que se llevan a cabo son muy lentos y nada drásticos, casi imperceptibles. Los políticos se suelen hacer rellenos en alguna arruga que está muy marcada para suavizarla, peelings para mejorar la calidad de la piel y darle un aspecto más juvenil, o ponerse inyecciones de vitaminas para dar más luz en la cara, especialmente si fuman. También hay políticos que se hacen retoques en párpados y bolsas de los ojos para eliminar signos de cansancio, que se operan la papada para mejorar su aspecto, y que se someten a dietas de adelgazamiento para tener mejor figura, aunque los cambios son tan sutiles que apenas se perciben y los hacen además cuando la actividad política es menor. Los cambios físicos en los políticos solamente se pueden descubrir mirando fotografías actuales y otras de hace unos cinco años, porque en el día a día apenas se nota. En el caso de las mujeres que se dedican a la política, lo más común son tratamientos con botox para las arrugas de expresión, peelings químicos, implantes faciales de ácido hialurónico y remodelaciones de los labios, además de liposucciones y tratamientos del contorno corporal.